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No son como… No son los nuevos… Son The Levitants y emiten demoledoras cargas de profundidad existencial en forma de canciones -ojo!, de himnos- palpitantes, perfectas.
Sergio (voz y guitarra), Dani (batería) y Juan (sintetizadores y coros) conforman The Levitants, un trio de Valladolid cuya propuesta musical oscura y vertiginosa redefine las bases del dark-rock llevándolo a una nueva dimensión con una propuesta inédita tanto por su formato -no llevan bajo- como por el aura de energía magnética que les rodea y que moldea todo bajo un sello único y personal
Hacen música rabiosamente nueva, tan alejada del monotema pseudo-épico del indie nacional como de la fauna sonora (trap, etc) que, tal vez, por edad les corresponde.
Canciones contagiosas de melancolía gélida y fuego rítmico (Red Lines: cuentas pendientes, lo que pudo ser y no fue). Vértigo y desolación: From The Other Side (el autodiálogo como antídoto a la depresión letal). Gritos hirientes de inocencia salvaje (Hay alguien ahí: el puñal en el cerebro -e incipiente incursión al castellano del trio-), atravesando ágiles melodías de oscuridad poética (Kolmanskop: abandonada ciudad de África como metáfora de huida de lo antiguo hacia nuevos horizontes), por las que, curiosamente, viajan ecos involuntarios de décadas previas en las que ellos ni siquiera habían nacido.
Parten de cero con Enola (su debut en Subterfuge), aunque tienen su pequeña historia. En lo musical, con piezas como Coimbra, un feliz aldabonazo que les aseguró miles de seguidores (ver Spotify), un montón de festivales y tocar por toda España sin ayudas, manager ni discográfica detrás suyo. En lo personal, con la extraña peripecia de Sergio que a sus 14 años y tras una adolescencia conflictiva se encuentra con dos opciones: reformatorio a 1.000 km de casa o seminario católico a 200. Opta por el seminario donde sufre una bendita revelación: una guitarra salvadora le indica su futuro musical.
Y en lo anecdótico: su insólito “éxito” en Kirguistan –y esto es absolutamente real- país montañoso de Asia Central en cuya capital, Bisket, alguien debio filtar en alguna emisora en ruso su tema On The Top, convirtiéndolo en todo un fenómeno con cerca de 70.000 escuchas en Shazam. Nada mal comparándolo con Deerhunter, Interpol, etc, con muchas menos miles de escuchas que el tema de The Levitants.
La historia de la banda comienza hace unos años en el garaje de Dani (batería) antes de llegar a la final de varios concursos a nivel nacional (Festimad Taste, Actual de Logroño, Demoexpress, etc.) y al primer premio de Norterock, ser descubiertos por Javier Vielba (Arizona Baby, El Meister, Corizonas) y grabar con él como productor un primer disco, Gravity for the Masses.
Como los grandes, The Levitants disparan ahora hits instantáneos para alimento de festivales y rearme moral en crisis personales. Sonidos de impacto total para narrar heridas internas entre la rabia y la angustia, a veces al filo del abismo (Suicide), que tanto hoy como siempre -no importa a que generación pertenezcas- turba el universo emocional de las mentes mas inquietas.
Gestado en una casa alejada de la civilización donde el trio experimenta con música, meditación y otros elementos y realizado en 2018 en los Estudios Dobro, bajo la producción de Javier Nieto(técnico de Ángel Stanich, Arizona Baby), Enola llega precedido de cuatro fantásticos singles (Suicide, Red Lines, Kolmanskop y From the Other Side).