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El rock ‘n’ roll, al margen de géneros, disciplinas o escenas se nutre de canciones, y posiblemente una de estas canciones nos condicione a la hora de continuar profundizando en la banda o el intérprete. Si añades a la ecuación el momento y el contexto de cuándo y dónde fue escuchada, el efecto provocado y la probable búsqueda de información podrían originar el inicio de una fértil amistad. Si en ese primer trabajo de auscultación descubres agradables simetrías que en cierta manera fortalecen el seguimiento, la cosa promete, y si con el paso de los años la implicación de ese conjunto en movimientos activistas, en compromisos sociales o en refriegas políticas remueve tu conciencia, el rock ‘n’ roll cobra otra dimensión. A grandes rasgos, y sin meternos en pormenores, Supersuckers es uno de esos casos. Exponentes y supervivientes de una próvida época del rock que posiblemente, tal y como van las cosas, aventuraríamos en afirmar será la última en sobresalir.
¿Razones para la tesis? Simplemente la vida. Simplemente el progreso de una sociedad que sigue su curso adecuando su conducta en función de los tiempos, y en la actualidad la palabra del rock está sometida al lenguaje binario. En los añorados noventa el panorama no solo musical, sino cultural era un hervidero de ideas y nuevas fórmulas, y la capital de Whasington era el foco donde mucha gente ponía su objetivo. Allí depositaron sus esperanzas los Supersuckers (desde Arizona viajaron) compartiendo disquera, experiencias y aventuras con lo más granado de Seattle. Curiosamente, tres décadas después sigue siendo epicentro y semillero, aunque en este caso el motivo de su importancia no radica en el aspecto musical, sino en el negocio digital. La música, más bien el negocio y su distribución ha cambiado, y aunque algunos brotes nuevos de cuando en cuando pueden aparecer, incierto se presume el panorama. No obstante… tenemos fortuna siendo coetáneos de Supersuckers, a quienes la agencia Noise on Tour trae de vuelta. Tenemos fortuna de poder disfrutar de nuevo con las canciones de Supersuckers, dedicar una peineta a muchos truhanes junto a Supersuckers y celebrar por lo alto que Eddie Spaghetti, un tipo comprometido con sus colegas con quienes ha compartido escenarios, o ha apoyado con producciones está, tras desafiar y superar un cáncer, listo para la pelea como demostrara hace escasos meses compartiendo tour con Airbourne, pero en esta ocasión los aplausos y los laureles serán en exclusiva para él y Supersuckers, banda que lleva ofrecidos hasta hoy unos cuantos conciertos en otros tantos lugares, pero aún hay una serie de oportunidades para el country, el punk, la actitud, el pogo y el rock ‘n’ roll, y entre ellas, una nueva congruencia con River Bucks Asociación Cultural. ¿Te la vas a perder?
Miércoles 19 de febrero de 2020 en Barcelona, Rocksound
Jueves 20 de febrero de 2020 en Valencia, 16 Toneladas
Viernes 21 de febrero de 2020 en Murcia, Sala REM
Sábado 22 de febrero de 2020 en Estepona, Louie Louie
Domingo 23 de febrero de 2020 en Madrid, Gruta77
Lunes 24 de febrero de 2020 en León, Babylon
Martes 25 de febrero de 2020 en Vigo, Rouge
Jueves 27 de febrero de 2020 en Mieres, Centro Cultural
Viernes 28 de febrero de 2020 en Hondarribia, Psilocybenea Aretoa
Sábado 29 de febrero de 2020 en Vitoria-Gasteiz, Hell Dorado