Matt Elliott

Xuño 04, 2012

Tras sus últimos conciertos en España celebrados en Madrid y en Castellón durante el Tanned Tin 2012, Matt Elliott se embarca en una larga gira por toda la Península que le llevará hasta Bueu el próximo 4 de Junio.
Acompañado de su guitarra y sus pedales, presentará las canciones de The Broken Man, su álbum más reciente, y posiblemente el más amargo y sombrío hasta la fecha. Mezclado por Yann Tiersen, se encuentra entre lo más acústico de la trilogía de Songs y lo más etéreo de The Third Eye Foundation, en un delicado equilibrio en el centro del universo musical de Matt Elliott.

BIO: La trilogía de Canciones ha concluido. Un nuevo capítulo titulado The Broken Man está a punto de abrirse, y se trata del trabajo más delicado y emotivo de Matt Elliott hasta la fecha. La tormenta de ruido ha amainado, despejando el camino a melodías a flor de piel y un acercamiento más sutil a la intensidad, proporcionando una experiencia que sumerge por completo al oyente.
Escuchado idealmente en completa oscuridad, para descubrir el rayo de esperanza que se esconde en el trasfondo de las brumosas capas de guitarras, voz, coros, campanas, trompetas etéreas, aullidos, y en la sinceridad palpable que emana de la música.
Poseído por los fantasmas del folk europeo, la voz a veces espectral pero siempre expresiva, la estructura simple en su forma pero profundamente emocional. Como en ‘Dust, Flesh and Bones’, quizá su más bella y conmovedora obra hasta la fecha. Siempre investigando nuevas fórmulas, en esta ocasión colaboró con la pianista Katia Labèque, quien interpreta una magnífica improvisación de Elliott al piano que constituye la columna vertebral de una de las épicas piezas centrales del disco ‘If Anyone Ever Tells Me That It Is Better to Have Loved and Lost Than to Have Never Loved At All I Will Stab Them in the Face’. El último corte, ‘The Pain That’s Yet to Come’, parece insinuar un viraje hacia la psicodelia, quién sabe si presagiando nuevos horizontes para el futuro.
The Broken Man es un disco para descubrir gradualmente a través de varias escuchas, y con cada una se nos entrega una nueva pincelada, hasta que podemos contemplar el cuadro en su verdadera integridad. Cada pieza es una invitación a explorar un universo fantasmagórico donde las angustias y esperanzas se fusionan para dar lugar a una extraña sensación de calma. El hombre roto no es una persona en concreto, sino cualquiera que al escucharlo reconozca el sentimiento de estar abrumado por la melancolía mezclada con dolor en un momento dado, y pasar a un fuerte sentimiento de euforia -la felicidad de estar triste- en otro.

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