Ciclo SantiAutor
nota:
ISMA ROMERO
ES
ROCANROL
por santiago alcanda
Rocanrol. Rocanrol. La palabra que apareció en la mente nada más conocer a Isma Romero. Le vi en la puerta del camerino de la Sala Galileo Galileo en Madrid. Ahí, a ras de suelo, fuera de escenario, sin guitarra, espigado, vestido de rocanrol, con una chaqueta de terciopelo granate, con esa planta, esa mirada, esa actitud de rocanrol. Cabello voluminoso, cuantioso, erizado y cuidadosamente alborotado. Parecía un fundido de dos primeros planos de Phillip Lynott y Nick Drake. “Esto no se acaba nunca”, pensé. “Ha pasado más de una década de siglo veintiuno, más de sesenta años de la irrupción explosiva y revolucionaria de Elvis, Ike Turner, Screamin’ Jay Hawkins, Little Richard, Eddie Cochran o Chuck Berry y resulta que aquel espíritu no sólo pervive sino que se reproduce vigorosamente en la vitalidad y el carisma de este chaval valenciano de veinte años. Y aún no le había escuchado.
Candi Avelló, ese bajista de vida, de circunstancias rocanroleras, me envió una primera tanda de cinco canciones. Isma sabe escribir rock en español. Y vocaliza con tal nitidez y precisión que no se escapa sílaba alguna a nuestros oídos. Y sin perder una pizca de frescura. Se percibe en él, en su timbre de voz, en los frases, en los juegos de palabras, la mejor herencia hispano-argentina acaecida por décadas… Bruno Lomas, Los Salvajes, Tequila, Los Ronaldos, Los Rodríguez, Pereza…
Rock & Roll Never Dies!!!
Le toca a Romero. Es su hora. Rockero de nueva generación. La vida pasa tan deprisa. Isma Romero tenía diez años cuando pilló su primera guitarra. A los quince ya tocaba en un grupo. Piso 16 escuchó su primera grabación en forma de epé. La Historia del Rock nos cuenta que lo habitual es que, antes de una carrera en solitario, el artista experimenta cierto período de discos, años, bolos, bajones y subidones que se generan en el apoyo mutuo y también en la discrepancia ineludible entre los compañeros de una banda, hasta alcanzar una madurez que deriva en la separación del grupo y en el primer disco en solitario. Antes las vacilaciones, Romero no se anduvo con rodeos, con determinación, mirada al frente, tomó sus bártulos y marchó a Madrid donde no tardó en encontrar cobijo entre los músicos veteranos que tanto admiraba, los mismos con los que ha grabado este primer álbum: “ANTES DE QUE ESTÉ PROHIBIDO”.
Tocó en El Sol para comprobar los temas en escena. Lideró con firmeza y descaro la superbanda – José “El Niño” Bruno, Candy Caramelo, y su amigo y compañero de fatigas Ángel Vela (Los Perros del Boogie) – y ofreció un recital explosivo que enloqueció al personal. Deslumbró con presencia. Contagió su rebeldía. Maravilló con su guitarra. Emocionó con su voz. El directo no engaña. Ahí no hay trampa ni cartón, ni ProTools ni Photoshop. ¿Isma Romero? Precisamente la canción del título parece una tarjeta de visita idónea, una declaración de intenciones más que suficiente. Una invitación a disfrutar de Rock Clásico, contundente, sin fisuras, sin concesiones. Directo al corazón. Lo mismo que están haciendo sus coetáneos Jake Bugg en el Reino Unido o Drake Bell en Estados Unidos apadrinado por Brian Setzer. O lo que hicieron en su día The Flaming Groovies, The Romantics o el propio Bruce Springsteen cuando parecía que los Kinks, los Who, Bowie o los Stones, ya lo habían dicho y tocado todo. Reencontrar el camino a Graceland. Un estribillo para ahuyentar los malos espíritus y doblar caderas… “Vente arriba al desván y bailaremos el último vals… Por favor, antes de que esté prohibido”. Te quedas con la copla y te la llevas a la ducha, al metro y la clase de Ciencias Sociales. Carpe diem.
CANTOS A LA CHICA DE ENFRENTE
Temas de estructura sencilla, sin rodeos. Compases reconocibles, riffs familiares, evocadores, sí, y, sin embargo, suena a mundo nuevo. “Extrañamos a lo más complicado… Enamorados de lo que no volverá a visitarnos… ¿Por qué es tan difícil aclararnos?… Tendré que pensar, tendré que esperar… Nueve años más…” Guitarreos y baladas para titubeos y desengaños primaverales, versos que anidan en los corazones puros, frases de identidad que rebotan en el inconsciente colectivo. Ella pensará que se está refiriendo a ella. Ellos recordarán vivencias paralelas. Normal. Isma Romero es rock urbano de siglo veintiuno. Romero vive la calle. Tipos y personajes, ajustes de cuentas, canciones liberadoras. “Me guardaré todos los instantes… Esperaré a que pasen los días antes para poder empezar sin ti, tendré que acostumbrarme… Con la tristeza colgando de un fino alambre”.
ANTES DE QUE ESTÉ PROHIBIDO nos presenta un artista, un rockero español que ha venido a quedarse. Dispuesto a fajarse en esta aventura cada día más ardua y, a la par, más emocionante que es la Música. Pase lo que pase, con todos los riesgos, vértigos, consecuencias y éxitos. Es la hora de Isma Romero.