Entradas: 10 € (Anticipada-En la sala) / 12 € (Taquilla)
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La lista de referencias que te asaltan con ‘Guadalupe Plata’ deja claro que el debut de los de Úbeda es un disco que rebosa experiencia física. A éstos te los crees, más allá del barrunte de guitarras y lo naïf de sus letras. Porque hay un trabajo de indagación, pero también de carretera y manta. Todo ello, cuentan por ahí, les ha valido una debacle en lo personal que se traduce en la tensión y la mala baba que destilan las composiciones.
‘Como una serpiente’ es algo más que el título de una de sus nuevas canciones; también es la manera en la que despierta el álbum, perezoso y arrastrado, con un crótalo agitando peligro entre arpegios y feedback, anunciando llamaradas como las que escupen temas del calibre de ‘Lorena’ (con Perico aullando “Disparas tú o disparo yo”), ‘Serpiente negra’ (apertura instrumental), ‘Gatito’ (un canto misógino disfrazado de felino hechizo vudú) o ‘Estoy roto’ (beoda cantinela sobre amaneceres perdedores).
También hay novedades en el ideario sonoro de ‘Guadalupe Plata’. Por ejemplo, la letanía de organillo en que se desenvuelve la espectral ‘El tigre y la yedra’, otra de las instrumentales del álbum; una pequeña pieza que lo mismo te lleva a pensar en el Clint Eastwood de ‘High plains drifter’ que en la Holly Golightly de ‘You can’t buy a gun when you’re crying’.
Strippers, entierros, trajes de flamenca, baños en gasolina y corrales de vecinas, todo cabe en el imaginario del trío andaluz (en su MySpace están las pruebas). Desde el folk patibulario de 16 Horsepower (el polvoriento espíritu de la banda de Denver asoma en las nerviosas vibraciones de ‘Rai’ y ‘Satánica’) a la herencia del sello In The Red (‘Esqueleto’ podría haberla firmado el mismísimo Mick Collins) o la descarga cramposa a lo Lux Interior (‘Pollo podrío’, el único corte en inglés, escupe verdaderos calambrazos). Imagina por un momento un submundo donde pudieras encajar la guitarra de John Lee Hooker con la Cruz de Guía de la Virgen de Los Dolores, el espasmo etílico de Soledad Brothers, la callejera sensualidad de La Veneno y la peña futbolera de Úbeda. Suena retorcido, pero se acercaría bastante. Una banda de la que debemos estar orgullosos con un disco que no deja indiferente.
Texto: Emilio R. Cascajosa