Pepe Cunha – Ya han pasado tres años desde la aparición de “Música celestial”. Suponemos que se ha debido a un cúmulo de circunstancias (cierre de tu anterior discográfica Big Bang y algún suceso más personal, tomar la decisión de crear tu propia editora…) porque tú no has dejado de componer canciones.
José Ignacio Lapido. – Las razones por las que he tardado tres años en sacar disco nuevo son las que tú apuntas. Primeramente, mi anterior discográfica cerró. Mi hermano Javier murió al poco de salir “Musica Celestial”. Mi hermano era mi manager desde los tiempos de 091. Luego, cuando me puse a buscar compañía y no encontré a ninguna dispuesta a editar mis canciones, me decidí a crear Pentatonia, pero todo eso lleva su tiempo. Tampoco yo soy demasiado prolífico a la hora de componer. En todo caso creo que no es bueno poner fecha a la edición de los discos. Creo que el disco hay que sacarlo cuando estás plenamente convencido de que lo que va a ir grabado es oro puro.
P.C. – “En otro tiempo, en otro lugar” me parece tu álbum en solitario más completo, con canciones más redondas gracias al mayor protagonismo del estribillo en muchas de ellas tiempo que suena compacto, natural, a banda. ¿Es premeditado lo de ofrecer unas letras menos densas?
J.I.L. – La densidad por metro cuadrado de mis letras es algo que está en estudio. Una comisión de científicos del Rock’n’roll está elaborando un informe. Creo que las letras de este disco son las mejores letras que podía haber escrito cuando las escribí. Puede sonar a obviedad pero no es así. Yo me podía haber conformado con la primera mierda biensonante que me llegara a la cabeza, hay muchas formas de engañar al escribir, pones una metáfora por aquí y una brillante chorradita por allá y parece que has escrito un poema, pero no es cierto. El método utilizado para escribir las letras de este disco aparece retratado en una de las canciones: “En cada lamento que se hace canción hay versos que sangran, los encontré en los rincones secretos del alma.”
P.C. – El disco suena compacto, a banda. ¿La formación que ha grabado el disco, y cuyos miembros aparecen fotografiados en el libreto, será la que te acompañe en directo?
J.I.L. – Eso creía, que los músicos que han grabado el disco irían en la gira. Son gente que lleva tocando conmigo más de 4 años. Lo que pasa es que las cosas se tuercen inesperadamente. Dos de ellos, Sergio Martín y Antonio Lomas, la base rítmica, salen de la banda para buscarse mejor acomodo en Lori Meyers. Les deseo una vida llena de triunfos y discos de oro. Desde que empecé mi carrera en solitario han pasado por mi banda un montón de músicos, todos ellos de gran valía. Llegan como becarios y salen doctorados en Rock’n’roll. A todos ellos, sin excepción, les estoy muy agradecido por haber puesto su talento al servicio de mis canciones.
P.C. – Tus letras, merecidamente elogiadas por crítica, compañeros de profesión y un fiel grupo de seguidores entre el que nos incluímos, siguen envueltas de pesadumbre, melancolía, existencialismo, pero no pierden cierta luminosidad que evita el desasosiego.
J.I.L. – Cierto; se me tacha injustamente de escritor oscuro. Creo que mis letras iluminan ciertos callejones vitales poco transitados, pero claro está, para poner una bombilla en una habitación oscura primero tienes que entrar en esa habitación y palpar a ciegas las paredes. Eso es lo que hago.
P.C. – Con respecto a aquel debut en solitario de hace 6 años ( “Ladridos del perro mágico” ) te encuentro más cómodo a la hora de cantar. ¿Has percibido tú mismo esa evolución, lo sientes así?
J.I.L. – Cómodo no es la palabra. Yo no canto por vocación. Me siento más cómodo haciendo solos de guitarra, pero me lo planteé como un reto. Creo que mis canciones suenan más reales cuando las canto yo. En este disco he puesto mucho empeño en que la voz sonara natural y a la vez con intensidad emocional. Eso es algo que no se consigue con gorgoritos ni con exhibiciones gratuitas de potencia vocal.
P.C. – Has entregado canciones a otros intérpretes como Babylon Chat o M-Clan. ¿Han sido encargos concretos o vas acumulando composiciones que luego te han pedido?
J.I.L. – Me llaman ellos. Suele ser gente con la que comparto gustos musicales. Los Babylon han hecho un gran trabajo con su último disco. Los M-Clan me han pedido canciones varias veces, lo que pasa es que luego no utilizan lo que les mando, sólo han sacado dos o tres cosas de las que escribí para ellos. Las que ellos no quieren las grabo yo. Te quiero decir con esto que lo que les doy es material de primera calidad.
P.C. – Las canciones de 091 han sido objeto de dos discos tributo o homenaje en un corto margen de tiempo, englobando intérpretes de muy diversos estilos y sin ese olor a oportunismo y artificialidad de otros álbumes de este corte. ¿Qué os han parecido estas muestras de reconocimiento – sobre las que no sabemos si se os ha consultado previamente ?
J.I.L. – Hace un par de años me llamaron de Criminal Records y de Kainos comentándome el tema. A mí me sorprendió que hubiera dos proyectos de “disco homenaje” al mismo tiempo. Intenté poner en contacto a las dos compañías para que unificaran esfuerzos pero no hubo manera. Yo ahí me desentendí, porque es muy poco elegante participar activamente, sería como hacértelo tú mismo y no procede. En todo caso, tanto yo como los demás miembros de 091 estamos profundamente agradecidos a todas las bandas que participaron. En uno de los discos había grupos más conocidos comercialmente y en otro eran bandas más underground, pero unos y otros hicieron grandes recreaciones de los temas de 091. Fue emocionante comprobar que nuestras canciones habían marcado de alguna manera a algunos compañeros de profesión.
P.C. – En otros tiempos, con un pop rock nacional más dignamente representado en las emisoras comerciales, 091 o, por citar otro ejemplo más cercano al pop, La Granja, pudieron haber alcanzado más reconocimiento popular con éxitos potenciales (en vuestro caso “La vida qué mala es”, “La torre de la vela”, “Cuando pierdo el equilibrio”, “Escenas de guerra”…). Ahora compañeros de profesión como Amaral o Quique González (al que también te une el tema de la autoedición) reconocen tu trabajo y te han invitado a participar en sus conciertos. ¿No te parece que, especialmente los primeros, son criticados especialmente por vender mucho a pesar de habérselo currado mucho?
J.I.L. – No estoy muy al tanto de las críticas que recibe Amaral. Yo te puedo decir que creo que son honestos, que no han cambiado la forma de hacer su música para llegar a una audiencia mayoritaria. Me alegro mucho de que tanto ellos como Quique estén saboreando las mieles del éxito.
P.C. – Y para acabar con menciones a compañeros de profesión, tú que te consideras un roquero en el sentido clásico del término y destacas especialmente por los cuidados textos de tus canciones, ¿has tenido oportunidad de ver el proyecto de los hermanos Auserón “Las Malas Lenguas Tour”, con adaptaciones al castellano de clásicos del blues, rock, pop y soul?
J.I.L. – No, no he estado en ninguno de sus conciertos. Santiago Auserón es uno de los grandes de la música en España y merece todos mis respetos. Lo que pasa es que esta aventura de adaptación de canciones clásicas al castellano es muy delicada. Todos tenemos en nuestra memoria grabadas con fuego esas melodías y esas palabras en inglés. Cuando llega alguien y te las cambia pueden rechinar ciertos engranajes. Escuché en Radio 3 una adaptación de Set me Free de los Kinks y me pareció muy forzada, poco natural. No sé, tampoco he oído más y no quiero juzgar, pero la idea no es mala por el componente pedagógico que tiene.
P.C. – ¿Qué temas tratas en tus colaboraciones como columnista en “Granada Hoy” y en tu página mensual en la revista satírica “El Batracio Amarillo”? ¿Podrías comentarnos cómo surgieron dichas colaboraciones y qué relación guardan con tu faceta de compositor de canciones?
J.I.L. – En Granada Hoy escribo una columna semanal, sobre política normalmente, y los domingos hago una una página sobre música. Suelen ser reflexiones sobre alguna noticia o sobre una efeméride o cosas así. En El Batracio amarillo hago mensualmente una doble página sobre… lo primero que se me ocurre. Es puro surrealismo en acción. Ahora tengo a los del Batracio abandonados por el tema de la gira: no tengo tiempo. Las colaboraciones surgieron porque me llamaron de ambas publicaciones diciéndome que les gustaría contar conmigo. Yo les pregunté cuánto me iban a pagar y llegamos a un acuerdo entre caballeros. La relación que guardan con las canciones es remota pero ciertamente se puede ver que están escritas por la misma persona.
P.C. – A través de tu página web se puede conseguir tu producción en solitario excepto el segunda larga duración, “Música celestial”. ¿Existe alguna forma de que la gente interesada se pueda hacer con él?
– Pues ahora mismo no, porque está agotada la tirada que hizo Big Bang. Tengo en proyecto reeditarlo con mi sello, pero cuando me recupere un poco de la inversión que he hecho con En otro tiempo, en otro lugar.
P.C. – Aparte del rock y el blues, ¿te atrae especialmente alguna otra propuesta musical? ¿Qué escuchas últimamente?
J.I.L. – No, la verdad es que no escucho nada que no sea eso: rock y blues. Algo de jazz y algo de reggae. Escucho muchos grupos nuevos, o mejor dicho, contemporáneos: The Shins, The Long Winters, Mark Lanegan, Eels, Clem Snide, Ryan Adams, Franz Ferdinand, Jesse Malin, Mando Diao, Jet, The Datsuns, Elliot Smith…
P.C. – En Abretedeorellas nos gusta aportar pistas, recomendaciones a nuestros oyentes y lectores más curiosos. ¿Podrías recomendarnos algunos discos y / o libros que consideres que te han influído a la hora de formar o consolidar tu forma de ver las cosas?
J.I.L. – Pues… el disco de Magic Numbers -ahora mismo no recuerdo el título- es maravilloso. Y un libro… pues el Diccionario Panhispánico de Dudas está muy bien. Ninguna de las dos recomendaciones me ha influido en nada pero son un buen alimento para el espíritu.
P.C. – Dos preguntas cortas y casi obligadas para cerrar esta entrevista.
La primera sería la de cuándo te vas a pasar por Galicia;
y la segunda, si, a pesar de tener ya un cancionero propio de tres álbumes y medio, va a haber lugar para algún recuerdo a la etapa 091.
J.I.L. Estaré en la sala Iguana de Vigo el día 16 de diciembre. En e repertorio habrá de todo un poco: de mi nuevo disco, de los anteriores y también alguna canción de las que compuse para 091.
P.C. Muchas y sinceras gracias por habernos dedicado unos minutos de tu tiempo de tu tiempo y, sobre todo, por tus canciones.
J.I.L. Gracias a vosotros.