nota:
Aitor Ochoa lleva mas de 20 años editando discos y pateandose escenarios dentro y fuera de España.
Lo hemos podido ver liderando mas de 10 años a Soul Gestapo, quizás la banda con mas repercusión internacional jamas salida de Cantabria, la prueba de ello es que incluso bandas de USA hacen versiones de temas suyos (Buzz Killintons, Alabama). También como guitarrista, bajista o incluso batería de otra de gran banda de rock cántabra, Los Tupper. Otras veces forma parte de The Secrets, la banda del mítico australiano Johnny Casino, con los cuales ha girado por Australia y Europa.
Tras dar por finiquitados a Soul Gestapo, lo encontramos en un nuevo formato, usando su nombre mas banda de acompañamiento: Aitor Ochoa & Mad Mule. En Mad Mule encontramos a Luis Ibáñez al bajo (También guitarra en Pulsebeats), a David González “Fuzzio” (guitarrista de Idolos de Extrarradio) y a Fernando Chiquito a la batería (Smooth Beans, Los Puzzles).
Con ésta formación adaptan un puñado de canciones nuevas, las cuales surgen de un primigenio formato acústico, y deciden grabarlas prácticamente en directo en los Estudios Cubex, Mompía, propiedad de Javier García Escudero, el cual se pone a los controles. Escudero es un mas que reputado guitarrista y productor cántabro que acaba de volver a Cantabria tras su paso por Berklee College of Music de Boston y trabajar en grandes estudios de USA.
El resultado del trabajo realizado durante unos pocos días y alguna que otra larga noche, es “All these words will die before the morning”, primer disco de la banda, el cual vera la luz en formato vinilo 12’’ a finales de Abril, en su propio sello, Magnolia Recording Co. (en claro homenaje al desaparecido Jason Molina).
“Las canciones. Ellas son el único e innegociable protagonista en esto de la música, todo lo demás resulta accesorio. Precisamente por ello no existe ninguna otra norma superior que deba de condicionar la tarea de sus creadores a la hora de darlas su mejor y más certero sentido. Algo de todo esto con probabilidad pensó Aitor Ochoa antes de tomar la decisión de finiquitar la historia de los siempre interesantes, y en demasiados momentos silenciados, Soul Gestapo y poner en marcha un nuevo proyecto que ha considerado más adecuado para escenificar sus actuales composiciones. ¿Su nombre? Aitor Ochoa & Mad Mule.
Con una denominación, y un logotipo basado en un mula cabalgando bajo el sol eclipsado, que ya desliza ciertas pistas sobre al menos alguna de sus constantes musicales, su sonido elimina cualquier enigma al mostrarse exultantemente eléctrico, crudo y de una rotunda visceralidad que propicia alentar tanto el lado intimista como el rasgado. Tanto es así que aquel ojo de pez que fotografiaba a Neil Young y sus Crazy Horse en el “Ragged Glory” perfectamente podría orientarse ahora hacia los cántabros Estudios Cubex de Javier Escudero y mostrarnos a David “Fuzzio”, Fernando Chiquito, Luis Ibáñez y el propio Aitor Ochoa.
El resultado es un álbum que prioriza los intensos medios tiempos: unos infectados de la potencia melancólica de Paul Westerberg (“Me & You”); arañados por la nostálgica pero afilada adaptación del lenguaje blues (“Redemption”) o significados por la emotiva profundidad emanada de los Magnolia Electric Co. (“Evil”). “Eyes of the City” dejará paso a un ambiente de mayor presencia acústica mientras que “Sleep Walker” apunta hacia las grandes llanuras sostenida por matices más campestres. Será con la llegada del ocaso del disco cuando las seis cuerdas veneren abiertamente al prodigioso canadiense y alcancen cotas de desaforada épica en “There Is a Light”.
En esta ocasión la muerte no ha sido el final del camino sino el comienzo de una nueva realidad, la inventada por Aitor Ochoa, que sin apartar la cada vez mayor dedicación por las raíces que mostraba en su ya extinta banda, aquí la expresa con robusta furia eléctrica y desenfrenada sensibilidad . Ladran luego cabalgan.”
Kepa Arbizu (Ruta 66 Magazine, Mondosonoro, El Giradiscos )